Cómo reducir el número de botes de tu cuarto de baño

Buenos días

Desde que empecé a trabajar y a tener mi sueldo, tengo que confesaros que mi armario beauty ha ido cada vez a más. Rara es la vez que me he comprado un producto habiendo acabado el anterior y he sido muy de sucumbir a todo tipo de promociones, ofertas o a formatos similares, como las cajas de belleza, o a comprar revistas porque regalaban algún producto novedoso que tenía ganas de probar.

En los últimos años me he vuelto bastante más racional. No creo, sinceramente, que sea un tema de madurez, sino más bien se debe al hecho de que tengo menos tiempo para mí, para ir de compras y, si lo pensamos detenidamente, también menos dinero. En unos años hemos pasado de ser dos en casa a ser cinco y eso nos requiere priorizar en todo. Yo he pasado temporadas en las que no me desmaquillaba de puro cansancio y otras en las que, más allá, ni me maquillaba.




Ahora creo que he conseguido llegar a un equilibrio, que me ha costado un tiempo, y que quiero seguir implementando para llegar al armario beauty mínimo. ¿Cómo lo he hecho?

1. Eliminando, directamente, los productos que no usaba. Por eliminar quiero decir: regalar, donar o incluso vender cosas que por mi estilo de vida no uso. Por ejemplo: base para sombra de ojos (ni siquiera uso sombra de ojos!). 

2. He borrado las suscripciones de correo electrónico de un montón de webs y tiendas. He dejado solo mi favorita, la empresa Abiby, y cada mes sigo recibiendo su caja de belleza con las últimas novedades del mundo beauty. Comparto la caja con varias amigas y vamos probando cosas entre todas.
 
Esto de borrar suscripciones no lo he hecho solo con los productos de belleza, sino con muchas otras cosas. Si no recibo ofertas al correo, no tengo la tentación de comprar. La verdad es que me funciona no solo para esto sino para simplificar mi vida. Menos correos = menos tiempo delante del ordenador o del móvil.

3. En la línea del anterior...no entro en las tiendas o voy de compras a no ser que necesite algo. Esto no quiere decir dejar de comprar, pero hacerlo con cabeza y no por impulsos.

4. Solo compro un producto si me queda muy poquito para terminar el anterior. Si quiero probar una crema o un maquillaje nuevo, ok, pero siempre y cuando el anterior esté a punto de acabarse y...esperando a tirar el bote anterior para empezarlo.

5. Si sé que un producto concreto solo lo voy a usar de forma esporádica, recurro a las minitallas. Me salvan la vida. También lo hago cuando pruebo algo nuevo y no tengo 100% claro que me vaya a gustar, prefiero probar con un formato mini, si es posible, y luego lanzarme a por el grande si me gusta. Para eso viene genial, de vez en cuando, apuntarse a un servicio de entrega de cajas de belleza, que suelen traer minitallas de productos interesantes.

6. También para simplificar, no me ato a productos que no me gusten. Si compro algo y no me convence o no me va bien, lo regalo o lo tiro. Igual que os digo que no quiero tener tres cremas hidratantes a la vez, tampoco quiero tener una que no me guste nada. Al final, a veces por no tirarla o regalarla, terminan años en nuestra repisa porque no las queremos usar.




7. Simplifico en las rutinas de la familia, unificando productos. Intentamos usar todos el mismo gel (o uno por baño), la misma crema y el mismo champú, siempre que sea posible. Por ejemplo, usamos todos gel para pieles atópicas por no tener 2 geles en el baño, uno para los más sensibles y otro para los menos.

8. Me he pasado al champú sólido, y estoy encantada. Lo poco que ocupa una pastilla en comparación del bote de champú, y la diferencia en el residuo que genera...tremendo! Aún estoy probando marcas y productos así que no os puedo decir aún cuál es el champú sólido perfecto, pero creo que es una tendencia a la que cada vez se van a sumar más marcas, porque el futuro es consumir menos envases, eso lo tengo claro.

9. No tengo mascarillas, porque cuando quiero una me la hago. Tengo algunas recetas guardadas para cara y piel, usando productos naturales como el aceite de oliva, el yogur, el limón, el azúcar para exfoliar....las mascarillas caseras son todo un mundo por descubrir!

Esto, como algunos ya sabéis, forma parte de mi deseo de reducir lo que tengo, lo que consumo y los residuos que genero. Creo que con eso, además de reducir la huella que dejo en el medio ambiente, consigo simplificar mi día a día y tener tiempo para las cosas de verdad importantes: menos que ordenar, que limpiar y que organizar!

Os animo, si no habéis empezado ya (igual hasta me lleváis ventaja!), a reducir, reciclar y reutilizar. A mí me va de cine y poco a poco consigo ver hueco en mis armarios, cajones y estantes. Es una gozada!



TERESA ZAFRA

arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

Si queréis más, nos vemos en Instagram







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