Nuestra mesa de Halloween 2019


A pesar de que yo soy más de "tosantos",  que es la fiesta que se celebra en Cádiz estos días y que tiene un componente bastante diferente, mis hijos han salido de Halloween. Supongo que es una cuestión generacional, y que poco a poco todos iremos cayendo en esta nueva fiesta.

Aunque no me encante la fiesta, lo que sí que me gusta siempre es montar una mesa temática, ya sea de navidad, de cumpleaños o de lo que toque, así que cada año les monto una merienda o desayuno de Halloween a los peques e intento que pasemos una tarde divertida en casa. Sin ir más lejos, podéis ver en este post como fue nuestra mesa de Halloween del año pasado.

La fecha oficial es hoy, como sabéis, pero yo anticipé la merienda ayer porque en la noche de brujas solemos salir con amigos y vecinos.

Muchas de las cosas que he utilizado son recicladas de otros años. Tengo cosas guardadas en una caja y este año he añadido solamente el mantel de tela de araña, que se viene a la caja para aumentar la colección, y las cajitas de cartón con forma de fantasma. Ambas cosas son de Tiger, como el resto de lo que veis en la mesa, pues cada año suelo hacer una visita a ver qué pillo! 

El menú de la merienda: leche, magdalenas caseras de chocolate con forma de calabacitas  y un poco de algodón de azúcar de colores, comprado también en Tiger. Este año lo tienen naranja y verde.

Os dejo con algunas fotos y me voy a terminar los disfraces para esta tarde!












Contadme ¿celebráis Halloween?




TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

Si queréis más, nos vemos en Instagram







Próximo objetivo: viajar a Australia



Uno de los objetivos viajeros que siempre tuve en la cabeza es la de visitar las antípodas. Viajar al lugar del planeta más alejado del país en el que vivimos me parece una experiencia imprescindible. Por eso, nuestra luna de miel, hace ya 8 años, nos llevó hasta Nueva Zelanda, un país que nos encantó y que ocupa desde entonces un lugar muy especial en nuestro álbum de recuerdos. Si os interesa, podéis ver el recorrido que hicimos, que tuvo de todo: frío, calor, glaciares, playa...es un país muy interesante y diverso, en el que la naturaleza es protagonista indiscutible. 

Tenemos desde entonces pendiente visitar el otro gran país que se levanta antes de que nosotros nos acostemos: Australia, y ahora ha llegado el momento de empezar a organizarlo en serio porque mi prima Paloma se fue a trabajar allí hace un par de meses.

Ya he mirado itinerarios y precios de vuelos para hacerme una idea, y he pasado un buen rato investigando en auvisa.org toda la información sobre el visado para Australia, ya que es un tema fundamental para poder visitar el país. Estamos acostumbrados a viajar a países para los que no hace falta visado, pero en este caso hay que tramitarlo. Es sencillo, pero requiere cierta burocracia que es importante tener prevista desde el principio.

Como os digo, mi prima Paloma vive allí desde hace un par de meses. Ella está trabajando en Brisbane, muy cerca de la Gold Coast. Es una zona de clima muy suave, parecido al de canarias, en el que se vive mucho al aire libre y en contacto con la naturaleza. Me imagino que si visitamos el país será nuestra base de operaciones ya que, ahora que vive tan lejos, no la vemos tanto como nos gustaría. 

¿Qué más queremos visitar?

Pues seguramente no nos dé tiempo de visitar todos los lugares que nos gustarían, porque Australia es un país de muchísimos contrastes y que tiene mucho que ver, pero evidentemente las ciudades de Sidney y Melbourne son paradas obligadas. Para nosotros, amantes de la arquitectura, la ópera de Sidney es todo un símbolo y me encantaría, no solo poder conocer el edificio, sino poder asistir a algún espectáculo. 


Por supuesto, también nos encantaría bucear en la gran barrera de coral. Aunque os confieso que yo soy muy miedosa con el tema de los peces y demás habitantes marinos sé también que merecería la pena el esfuerzo. Tiene que ser espectacular. Se dice que en sus aguas habitan más de treinta especies diferentes de ballenas y delfines, mil seiscientas especies de peces, más de cien de medusas, tres mil de moluscos, y más de cien tiburones. Sin embargo, y a pesar de esta increíble fauna marina, se dice que la mayor atracción de este lugar son las casi seiscientas especies de corales blandos, duros y de diferentes colores, que podemos ver mientras buceamos. 

A los niños, que queremos que vengan con nosotros, sin duda alguna lo que más les va a gustar es ver todos esos animales que, por ahora, solo conocen por foto: koalas, canguros, demonios de tasmania, wombats, ornitorrincos, emús y demás. Recuerdo que cuando fuimos a Nueva Zelanda todo me parecía diferente, además de la fauna la flora también es distinta. Nos pasamos el viaje buscando el famoso helecho plateado, que es el símbolo del país y que no se encuentra en Europa. Mereció la pena la búsqueda porque la verdad es que su hoja es preciosa.

¿Cuándo queremos ir?

Pues nos gustaría ir en primavera o verano de allí. Dado que las estaciones van justo al contrario, no tiene mucho sentido hacerlo en nuestro mes de agosto, en el que allí es pleno invierno. Nos gustaría visitar playas como las de Bondi, por ejemplo, y hacerlo con buen tiempo.


Lo que está claro es que será dentro de un año, porque ahora, como sabéis, estamos esperando a nuestra bebé, que nos va a tener los próximos meses algo ocupados. Aunque nunca hemos tenido inconvenientes en viajar en avión con niños, lo de irnos tan lejos hay que dejarlo para cuando tengamos nuestra nueva rutina de familia de 5 controlada. Hay además otro factor, y es que para irnos tan lejos todos juntos tenemos que dejar un plazo razonable para llenar la hucha (ya estamos todos en ello!)

Pensamos que una gran aventura sería hacerlo en navidad, porque es la única época del año, además del verano en la que nuestros trabajos y los colegios de los niños nos permiten parar más de dos semanas. No sé si me convence la idea de una navidad sin bufanda, ni la de dejar de estar con la familia, pero, por otro lado, tiene que ser toda una experiencia inolvidable. Tal vez si alguien por aquí ha viajado ya a este país pueda orientarme sobre las mejores fechas. ¿Me echáis una mano?

fotos vía y vía


TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

Si queréis más, nos vemos en Instagram







Familia sostenible: aprovechando retales de tela

Hoy empiezo una nueva sección en el blog que espero que os guste. No la voy a llamar #zerowaste porque no abarca solo el tema de la gestión de residuos, que también nos preocupa, sino, en general, qué podamos hacer para reducir poco a poco el impacto que nuestra familia genera en el medio ambiente.

Este verano he leído el libro Vivir sin plástico, que es el resumen de lo que han aprendido sus autores (@vivirsinplastico) en su camino hacía un hogar libre de este material. Me ha parecido muy interesante y os lo recomiendo a todos. Ellos abarcan solo una parte de lo que sería este camino hacia la vida sostenible, que es la reducción al mínimo del consumo de plásticos. Además de porque son una referencia genial para iniciarse en este camino, quería nombrarlos aquí porque una de las frases de su libro es la que yo misma estoy usando para empezar a ver en qué cosas podemos mejorar nosotros. Ellos dicen que para reducir tu basura hay que empezar por meterse en ella, analizarla y ver qué hay realmente dentro.

Yo he aplicado esto a nuestros armarios, nuestros cajones, nuestras costumbres y rutinas  para ver, efectivamente, en qué podemos mejorar nuestra relación con el medio ambiente.

Os iré contando poco a poco qué vamos haciendo, y hoy empiezo con el tema de las servilletas de tela. El año pasado nos pasamos a las servilletas de tela. Ya no usamos de papel, salvo cuando hay catástrofes infantiles. Compramos dos juegos de servilletas en las rebajas de enero, y quería comprar alguno más, sobre todo para cuando tenemos invitados, porque la verdad es que no caí y los juegos que compré solo traían cuatro.

Sin embargo, en mi repaso por los armarios encontré algunas telas que había comprado y no había llegado a usar para mis labores de costura, y también retales que me habían ido sobrando de algunas cosas que sí que había llegado a hacer.



Al final no he comprado servilletas: las he hecho con esas telas y he conseguido quitarme esos retales de encima, además de no gastar en nuevas servilletas ni comprar nada, pero, sobre todo, he evitado que estos restos de tela acaben en la basura en un día cualquiera de limpieza compulsiva. Por cierto, que uno de los trozos era tan grande que me ha dado para hacer un mantel para nuestra mesa de centro, en la que solemos cenar los fines de semana mientras vemos una película.

No pretendo con esto deciros que hagáis servilletas de tela. Seguro que no todos sois aficionados a la costura ni tenéis retales por casa. El mensaje que quiero daros es que la sostenibilidad va más allá de los cepillos de dientes de bambú y que todos podemos hacer cosas para reducir el impacto que generamos en el medio ambiente.

Volveré con este tema para contaros más cosas, porque por aquí estamos tomándonoslo muy en serio!

Y vosotros ¿habéis empezado ya?



TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

Si queréis más, nos vemos en Instagram







Mi casa: cómo decorar el dormitorio principal

A los que os habéis mudado en los últimos años, os sonará lo que os voy a decir: llevamos unos 14 meses en esta casa, y aún nos faltan muchas cosas por acabar.


Uno de los que teníamos pendiente desde hace dos casas (se dice pronto!), es  la decoración de la pared que queda detrás de nuestra cama, en el cabecero. Teníamos unos cuadros provisionales que no nos terminaban de convencer y que queríamos cambiar por unos pósters  pero nos ha costado encontrar el momento. Por fin, la semana pasada nos hicimos una composición muy chula con láminas de Poster Store y dedicamos la tarde del sábado a cambiarlos. Vienen ya con marco, son muy fáciles de montar, y la calidad de impresión nos ha gustado mucho, en mate. La verdad es que tienen tantos que nos costó elegir. Tengo también para poner en otra pared unos  pósters de moda  que os enseñaré muy pronto.



Las láminas que elegimos tienen todas que ver con el mar y la playa. Me imagino que aún venimos con la influencia de las vacaciones, pero la verdad es que dan una paz tremenda. Los hemos puesto un pelín altos porque aún tenemos la idea de poner un cabecero y de cambiar las mesillas por unas de un tono más claro. No terminamos nunca!



Para componer la pared, como véis, hemos jugado con diferentes tamaños y con distintos colores de los marcos, algunos en madera muy clara y otros en blanco. Hemos elegido láminas que tuvieran todas los mismos tonos y con eso hemos ido organizando la pared. 




Recientemente cambiamos las lámparas de las mesillas. Llevaba mucho tiempo queriendo poner unas de pared, para tener la superficie de la mesilla libre. Antes teníamos unas tipo flexo con una base enorme que no nos dejaban espacio para apoyar cosas, y ahora estoy encantada. Estas son de Ikea y la intensidad de la luz es regulable con una ruedecita. La verdad es que a mis hijos les encantan, han descubierto que pueden ponerla más o menos fuerte y cada noche tienen que venir a tocarlas. 

 Como imaginaréis, en esta recta final del embarazo estoy pasando mucho tiempo en casa  (por recomendación médica principalmente) y, por eso, me apetece tenerlo todo bien bonito. Eso sí, los tres hombres que tengo en casa me cuidan mucho e incluso algunos días tengo la gran suerte de que me traigan el desayuno a la cama!






Como os digo, vamos poco a poco pero con la ilusión de dejarlo todo a nuestro gusto, que después de estar unos años alquilados, ya toca.

Contadme ¿qué tenéis en la pared de vuestra cama?



TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

Si queréis más, nos vemos en Instagram







copyright © De lunares y naranjas