Mesa de verano en azul y blanco

Ahora que ha llegado el buen tiempo, son muchas las noches en que hacemos en casa cena fría. En lugar de cocinar, abrimos la nevera y preparamos entre todos cortamos un poco de queso, hacemos una ensalada, o sacamos unos boquerones en vinagre. No suelen faltar el salmorejo o el gazpacho, donde vamos alternando entre el casero y el comprado. La verdad es que cada vez hay más opciones en los supermercados hechas con ingredientes naturales que nos sirven, como os digo, para darnos un descanso en la cocina.



Además, en verano me gusta sacar los objetos azules que tengo en el menaje de cocina: las minicocottes de Le Creuset y nuestras servilletas de rayas de Zara Home. Este año, la incorporación veraniega son las dos jarras y el cuento de bambú tratado de la nueva colección Överallt

Lo que nunca falta desde que me los regalaron por mi cumpleaños en noviembre del año pasado, son los vasos con nuestras iniciales de Design Letters. Como tip, os diré que la tabla donde van los quesos es en realidad la tapa del cuento donde hemos puesto los panes.














Decidme ¿os gustan las cenas frías de verano?




TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

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Viajar a Austria en familia

El verano pasado, concretamente en agosto, viajamos en familia a Austria, un país que teníamos pendiente conocer y que, sinceramente, nos conquistó el corazón a todos. Fuimos a la zona del Tirol, así que nos dejamos Viena para otra ocasión, pero quedamos muy contentos con haber elegido esta parte concreta del país.



Para nosotros fueron unas vacaciones muy diferentes, ya que solemos elegir destinos de mar y playa. Viajar a un destino de montaña como es Austria fue una aventura muy enriquecedora. Hay que tener claro, eso sí, que para viajar cómodos y tranquilos necesitamos saber idiomas. Lo ideal para este destino es el alemán, aunque con inglés podemos apañarnos. Eso sí, tómatelo en serio porque allí hablando solo español no te entenderá nadie. ¿Una solución fácil? Haz como hice yo, aprende un poco de alemán utilizando una herramienta online como Babbel, para que no te sientas completamente ajeno al contexto. 

Viajar con dos niños de 3 y 5 años resultó esta vez ser más sencillo de lo esperado: ya no llevamos silla, ni cuna y, salvo la precaución de tener en cuenta las sillas de coche, ya que alquilamos uno, nos libramos del resto de trastos que solíamos llevar cuando los niños eran más pequeños.

Una cosa que no todo el mundo sabe es que las compañías aéreas te dejan viajar 
(sin coste) con una silla de coche. Si vas a dejar tu coche en el aeropuerto de partida y vas a coger uno de alquiler a la llegada, merece la pena llevártela y tener tu silla habitual durante todo el viaje. Es algo que descubrimos hace un par de años y que ya hemos hecho varias veces. Si queréis, en este post tenéis más información sobre viajar en avión con niños.

Ahora voy a lo importante ¿Qué fue lo que más nos gustó de Austria?


1. Salzburgo, especialmente la casa natal de Mozart. Los niños la disfrutaron mucho, y los mayores aprendimos mucho sobre su peculiar familia y su pintoresca vida. Además, no puede faltar la ruta gastronómica: una cerveza en Agustinerbrau, la que dicen es la mejor de Europa.

2. Hallstatt. Dicen que es el pueblo más bonito del Tirol. Cuando llegamos lo vimos atestado de turistas, nos costó encontrar dónde aparcar y no terminamos de encontrarnos a gusto. Después de recorrer sus calles, os puedo decir que mereció la pena y que volví enamorada. Es bonito a rabiar! Las vistas hacia el lago son impresionantes y sus calles están llenas de casas preciosas.



3. La pista olímpica de saltos de esquí de Bergisel, en Inssbruck. Está diseñada por una de mis arquitectas favoritas, Zaha Hadid, y es verdaderamente espectacular. Aunque vayáis en verano y no haya nieve, está abierta al público para poder visitarla y subir hasta el punto más alto, que es un mirador precioso. Además, es habitual ver saltadores entrenando. Para nosotros fue una experiencia diferente, y a los niños les encantó.



4. La abadía de Stams. Enclavada a unos 35 km de Innsbruck, este monasterio bien merece una visita. Si os digo la verdad, nosotros no pudimos hacer la visita al museo y a la iglesia porque acababan de cerrar, pero comimos en su restaurante con unas vistas preciosas y unos platos riquísimos. El wiener schnitzel, filete de cerdo empanado, estaba espectacular.

5. El cafe Sacher. Aunque el original está en Salzburgo, nosotros fuimos al de Innsbruck. Allí podréis probar la auténtica tarta Sacher, o Sachertorte, como se llama en el alemán habitual. Otro postre típico es el apfel strudel, o pastel de manzana.

6. El centro de Innsbruck, y su impresionante castillo. Para comer, imprescindible visitar la cervecería Stiftskeller, muy céntrica y concurrida. Las especialidades, muy parecidas a las alemanas, incluyen las salchichas, el codillo y el chucrut, además del Kasespatzle, una pasta con queso muy rica.



Si como nosotros voláis a  Alemania, que tiene más oferta de aeropuertos low cost y más destinos con vuelos directos en España, buen merece una pena guardar algún día para visitar Munich, o parar en alguno de los pueblos de la zona, como Oberammergrau (con la tienda navideña de Kate Wohlfahrt, una de mis favoritas del mundo) o Lindau, mi favorito sin duda alguna.



Para los que estáis pensando visitar esta zona, espero que os sirvan mis recomendaciones. Como os he dicho ya....es un viaje inolvidable!

Si te ha gustado este post, quizá puede interesarte el que escribí sobre nuestro viaje a Manchester y Liverpool.



TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

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Maternidad: por qué la ampliación de la baja de paternidad es lo mejor que nos ha pasado a las madres trabajadoras

Os aviso antes de empezar: este post no va de política, aunque, para escribirlo, tenga que contaros, por si alguien no lo sabe, que el pasado 1 de abril entró en vigor el Real Decreto-LEY 6/2019  de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. Este decreto modifica la Ley del Estatuto de los Trabajadores en varios puntos, entre ellos, en el relacionado con las bajas de paternidad:

El nacimiento suspenderá el contrato de trabajo del progenitor distinto de la madre biológica durante 16 semanas, de las cuales serán obligatorias las seis semanas ininterrumpidas inmediatamente posteriores al parto, que habrán de disfrutarse a jornada completa, para el cumplimiento de los deberes de cuidado previstos en el artículo 68 del Código Civil.

Esta ampliación se materializará, no obstante, de forma progresiva, y desde el pasado 1 de abril los padres tienen derecho a 8 semanas de baja, que se ampliarán a 12 el 1 de enero de 2020, y a 16 el 1 de enero de 2021.

Podéis leeros el decreto, que os he enlazado arriba, para ver todo el resto de detalles, porque yo, lejos de venir a explicaros con detalle todos sus pormenores, quería deciros que estoy contenta.


Estoy contenta porque creo que la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad es una excelente noticia para el futuro profesional de todas las madres en edad de tener hijos. Hasta ahora, la situación laboral de una mujer joven corría el riesgo de verse condicionada por el "si se queda embarazada, se nos irá 16 semanas de baja".

En las contrataciones, los ascensos o la asignación de responsabilidades y tareas, no eran (y son), pocos los jefes y empresas que tienen este factor en cuenta. Ahora, tendrán que pensar que si contratan a un hombre joven, también va a irse 16 semanas si se convierte en padre.

Para ellos también es bueno, lo sabemos todas las madres que hemos tenido la suerte de quedarnos en casas 16 semanas con nuestros hijos. Para la familia y la conciliación, también, porque tenemos, sumando padre y madre, más semanas para cuidar a nuestro hijo antes de tener que dejarlos en otras manos. Las primeras 6 semanas estarán en casa el padre y la madre y después, si queremos, podremos turnarnos.

Sin embargo, creo que las que más  ganamos, sin duda, somos nosotras. El hecho de que todos vayamos a tener bajas iguales, va a hacer que desaparezca la discriminación laboral femenina por este motivo. Miro en la empresa en la que trabajo, por ejemplo, y pienso en que pronto se dejará de penalizar ser mujer joven a la hora de ganar un ascenso o acceder a un puesto de responsabilidad. Sé positivamente que en algunos  casos la balanza se ha inclinado hacia un candidato masculino utilizando el argumento de la baja de maternidad y espero que, ahora, todo esto quede en un mal recuerdo y seamos todos iguales.

Lo dicho, creo que es una excelente noticia para la conciliación y creo, también, que no se está hablando lo suficiente de ello. Independientemente del partido político que la haya promovido, la realidad es que vamos a ganar todos y eso es motivo de celebración.

Decidme ¿conocíais este cambio en la legislación? Echadle un vistazo al documento completo porque hay más cosas interesantes!


TERESA ZAFRA


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Mis tres trucos para que el cambio de armario no se convierta en una pesadilla

Parece que este año en Valencia la primavera no termina de llegar. Aunque hemos tenido algunos días sueltos de calor y manga corta, hoy, 2 de mayo, yo sigo con ropa de invierno porque hace bastante fresco.

Eso hace que aún no haya hecho el cambio de armario, lo cual es muy extraño porque a estas alturas suelo tener ya toda la ropa de verano sacada. Aunque las temperaturas no terminen de subir, yo he decidido que este fin de semana próximo hago el cambio, porque sé que el calor llegará de repente y que, por fechas, no debe tardar mucho ya.


Por muchos trucos y técnicas que tenga, no os voy a negar que el cambio es un engorro. Como además tengo alergia al polvo, cuando llevo un rato tengo los ojos húmedos y la nariz moqueando, y eso lo complica aún más. 

De todas formas, como es algo que hay que hacer sí o sí, mejor organizarse bien, tener un método claro, y coger el toro por los cuernos!

En mi caso, hago lo siguiente:

1. Aparto toda la ropa que no hay que guardar. Por ejemplo, tengo muchos vestidos que me pongo tanto en verano como en invierno y que  están en el armario siempre. La pongo encima de la cama, si está colgada en las propias perchas, y la dejo aparte hasta que he terminado de sacar todo lo que tengo que guardar en las cajas para ir al altillo.


2. Muy importante: calculo el tiempo necesario para no tener que dejar a medias la tarea, porque eso es, al menos para mí, un agobio. Dejar ropa fuera de las cajas o tener que dormir con ropa por en medio, me parece super engorroso. Normalmente suelo tardar un par de horas en hacer el cambio, así que siempre busco un día en el que disponga de esa cantidad de tiempo.


3. Guardar las cosas sin planchar e ir planchando un día que tenga tiempo o, mejor aún, plancharlas a medida que vaya a ponérmelas. Os confieso que antes lo hacía todo del tirón: planchaba todo y lo guardaba ya perfecto, pero no os quiero contar el trabajazo que era. El cambio a ropa de verano, además, tiene muchísima ropa que planchar, mucho más que el cambio a invierno 

Además de todo esto, yo os confieso que suelo tener un pequeño refrigerio a mano: unos frutos secos, un refresco con hielo y limón....algo que haga más llevadera una tarea que, como muchas de vosotras, odio con todas mis fuerzas. Es un engorro y ojalá un día tenga un vestidor enorme en el que dejarlo todo fuera todo el año y no tener que hacer este cambio. 

No sé si a vuestras ciudades ha llegado o no la primavera pero yo, como os digo, estoy algo enfadada con el tiempo este año. Si habéis hecho ya el cambio de armario porque sí que habéis tenido primavera, espero que me contéis como lo afrontáis y si os parece tan rollo como a mí hacerlo!

Decidme ¿cómo hacéis el cambio de armario?




TERESA ZAFRA


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