Maternidad: por qué mis hijos usan gafas de sol

Buenos días!

Hace poco descubrí que a mis hijos, más que disfrazarse, lo que les gusta es tunearse. Prefieren una gorra, un sombrero llamativo o unas gafas, a un traje de Spiderman o de Batman. Es así, son un poco folclóricos y, de momento, a sus edades, pueden permitírselo sin que nadie les mire mal.

A mí, en realidad, me parece práctico: es un rollo que un niño se resfríe por su empeño en no llevar gorro en la nieve o que coja una insolación por no querer ponerse gorro en la playa. Por eso, me uno a este juego de llevar accesorios, especialmente cuando me conviene. 

Me parece  importante el tema de las gafas de sol, y es precisamente porque yo no estoy nada acostumbrada a ellas y me cuesta llevarlas: no quiero que a mis peques les pase lo mismo.

Ese es, sin duda, uno de los motivos por los que mis hijos llevan gafas de sol polarizadas peques, (de vez en cuando), pero hay alguno más:

1. El primero, evidentemente, para proteger sus ojos del sol, y también para evitar que fuercen el gesto y la vista cuando les dé el sol. Aunque aún no me preocupa que les salgan patas de gallo, evidentemente, sí que creo que es el momento en el que adquirirán sus hábitos futuros, y encoger los ojos al mirar al sol es uno más (no deseable)



2. Para que se empiecen a hacer responsables de sus pertenencias: de lo que usan y llevan. Están encargados de que las gafas vuelvan a casa y de guardarlas donde toque. Igualmente son responsables de no romperlas, pero también llevan truco: estas de Siroko que tienen nuevas este año son muy resistentes, no pesan nada y están hechas a prueba de pequeños alocados.




3. Para inculcarles la importancia de tomar el sol con precaución. Nos encanta la playa y el verano, pero procuro que entiendan la importancia de ponerse crema, de protegerse la cabeza para evitar insolaciones y también de llevar gafas para evitar la exposición directa de los ojos al sol. 




4. Y, como son niños, no puede faltar este motivo, tan importante como los otros: para divertirnos. Me siento en la obligación de intentar que su infancia sea divertida, y no por que sí, sino para que aprendan a relativizar problemas, a disfrutar de los buenos momentos y a tener sentido del humor y capacidad para reirse de ellos mismos. 




Lo dicho, mis hijos llevan gafas de sol, y están encantados. Espero que les dure la "afición" y que no les pase como a mí, que por falta de costumbre me molestan y que a cambio tengo unas hermosas patas de gallo! Eso sí, como siempre, educándolos a ellos me educo a mí, porque, por dar ejemplo, cada vez llevo gafas de sol más a menudo. Gracias a Siroko por ponérnoslo más fácil este año, porque sus gafas son geniales.

Y vosotros ¿intentáis inculcarles a vuestros hijos buenas costumbres a la hora de tomar el sol?



TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

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3 comentarios:

  1. y las patas aguantan?? le compre unas a Timeo y en 20min ya habia roto una de las patillas =( asi que no se q hacer ni cual comprar...ademas yo voy con gafas en cuanto hay un rayito de sol y a el le mola hacer como mama jejej asi que aprovechando esto tengo que encontrar unas pero que sean bien resistentes y si puede ser que mi hijo no parezca jose feliciano mejor que mejor...

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    1. A mi estas me parecen resistentes (Nico las ha puesto a prueba ya un par de veces!)

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  2. Yo fui hace poco a comprarle unas a mi hija de 2 años y el óptico me dijo que era demasiado pequeña para usar gafas de sol, que lo mejor es que use gorra que le haga sombra. Parece ser que el ojo no está plenamente formado y la pupila debe acostumbrarse a estar con diferentes grados de luz, que sino pueden desarrollar fotofobia y luego necesitar las gafas oscuras obligatoriamente. Vamos que yo no tengo ni idea pero me convenció su argumento :)

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