Maternidad: la culpa no es del Bollycao

Buenos días!

Hace cosa de un mes mis hijos se tomaron su primer bollycao. Para ser exactos, se tomaron una imitación de bollycao porque el señor Hacendado ha decidido dos cosas:

1. Que yo no tenga más supermercados a mi alrededor que los suyos.
2. Que los bollycaos de marca hayan sido sustituidos en sus establecimientos por los que él mismo fabrica.

El caso es que fui a recogerlos del cole y no llevaba merienda de casa. Para estas situaciones suelo entrar en el súper y comprarles un smoothie, que es más caro pero también mucho más sano y es 100% fruta.  Esa tarde, sin embargo, pensé...qué narices, voy a comprarles un bollo relleno de chocolate y punto. ¿Por qué? Pues porque por una vez que no merienden sano no les va a pasar nada. Eso sí, os prometo que fui con el bollo escondido en el bolso porque, a día de hoy, como ya dijo el año pasado Pérez Reverte, los bollycaos están muy mal vistos socialmente y han pasado a ser objetos de contrabando. Ellos encantandos, por supuesto: se pelearon por cuál de los dos se comía  el tercer bollycao porque, en mercadona, o compras tres, o no compras ninguno.

Esa noche, en la cena, por supuesto, tocó crema de verduras, fruta y pollo a la plancha, para compensar y alimentar, y es que las madres (y padres) de hoy nos pasamos la vida eligiendo comida sana para nuestros hijos, torturados por el azúcar, las grasas saturadas y los conservantes, y con el sentimiento de culpa cuando se toman algo que no entra en la clasificación de "sano". Aún peor, al final, la conclusión no es que no puedan tomar dulces o pan, sino que, si queremos que los tomen, tenemos que hacerlos en casa, para asegurarnos de lo que llevan. A mí, que queréis que os diga, me da la risa, porque resulta que yo puedo hacer en casa pan con harina integral, bizcochos que solo lleven clara de huevo y plátano, tortitas de avena, o nutella a base de avellanas y cacao puro, pero que los señores de mercadona o bimbo no son capaces ni de eso, ni de meter leche, solo leche, sin azúcar ni otras cosas, en un brick de cartón de 200 ml con pajita. Digo yo ¿en lugar de ir al supermercado y tener que decirles a nuestros hijos que no pueden comprar ni cereales, ni galletas ni bizcochos, no tendría más sentido exigirles a los fabricantes que pongan en las estanterías cosas que sí que podemos comer? Es una guerra que deberíamos pensar en declarar pronto porque la situación actual no tiene ningún sentido. 




foto del post: avena al horno para desayunar

La reflexión continúa cuando una piensa en lo que merendaba cuando era pequeña. Si nosotros tomábamos galletas Príncipe, bocata de nocilla o bollycao ¿por qué no soy obesa? Me sobran unos kilos pero según la OMS mi IMC siempre ha sido normal. ¿Cuál es la diferencia entre mis hijos y yo? ¿Podrían quemar ellos un bollycao diario? La respuesta es que el estilo de vida que en su momento yo tenía y el que tiene la generación de mis hijos es totalmente diferente: hacen mucho menos ejercicio, andan muy poco y juegan menos al aire libre. 




¿Tiene sentido restringirles el número de calorías que toman para que puedan permitirse un estilo de vida más sedentario? ¿Tal vez no sería más lógico encontrar un término medio? Comida sana con algunas concesiones, más juegos al aire libre y fomento de las actividades físicas en el cole y en familia.  Creo que es igual de importante que, además de a comer sano, incluyamos en las rutinas de nuestros hijos, no ya unas horas semanales de deporte, sino paseos en familia y menos coche para las rutinas diarias.

Como os digo, la culpa no es del bollycao, es de:

1. Los señores que lo fabrican, y los que los ponen en las estanterías (los que dejan que ciertos productos sean legales)

2. Nuestra, por no rebelarnos en contra de esta situación y demandar un cambio en las estanterías, que los cereales con ositos no sean, como ahora, casi un veneno.

3. Nuestro estilo de vida: el coche, los videojuegos y nuestra pereza.

Lo dicho, basta ya de demonizar al pobre bollycao y al resto de miembros de su familia (donuts, galletas, croissants) y, por una vez, llamemos a las cosas por su nombre y hagamos algo más que conformarnos con lo que nos venden.




foto del post: cómo conseguir que tus hijos desayunen

¿Qué me decís? ¿No os parece que todo esto es un sinsentido?


TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

Si queréis más, nos vemos en Instagram







10 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo contigo!
    Ahora, tú eres una campeona... porque yo me preocupo pero ya te digo que hacen tiempo que conocen al señor bollycao.
    De todos modos en mi barrio ya empezamos a ver supermercados ecológicos con productos como comentas (evidentemente, todo mucho más caro)
    Un saludo!

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  2. Mira, pienso lo mismo que tú. Nosotros comíamos bolleria industrial pero sin pasarnos y comíamos sano y bien.
    Mis hijos han comido algún donut o círculo rojo pero poco más porque sobre todo al mayor no le gusta el dulce y no me preocupa en absoluto porque luego juegan al aire libre todas las tardes, juegan en el patio del colegio y están teniendo una infancia parecida a la que teníamos nosotros cuando éramos pequeños.
    Por supuesto que los supermercados y los fabricantes de alimentos deberían preocuparse por elaborar de una forma más sana sus productos pero mientras tanto no me voy a preocupar si mis hujos se toman un donut o un bollicao muy de vez en cuando

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  3. la mía es más de huevos de chocolate, y sí, los toma, y también batidos y helados, y purés, y pescado y fruta, vamos, de todo, que es lo normal creo yo.. pero es cierto que hoy en día casi hay que esconder que tus hijos no se alimenten sólo de semillas y soja! y es verdad que lo suyo sería que en los supermercados vendieran más comida y menos química... reflexiones compartidas por todas, veo..

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  4. Yo me peleo todos los día para que mi mayor de seis años coma sano y mueva el culete pero después no puedo evitar darle el gusto alguna vez porque yo también quiero dármelo con ella. Mi pelea son los abuelos que no se acostumbran a leer la letra pequeña de las cosas. Después de toda la vida pensando que los zumos comerciales son sanos no consigo hacerles creer lo contrario y con ellos come muchas cosas que no debe.

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  5. Comparto totalmente lo que dices, Teresa. Y no hay que exagerar. Yo también comí donuts y galletas para merendar, pero la verdad es que no los necesitaba. Qué beneficio nutricional tiene la bollería industrial? Ninguno. No digo que tengamos que merendar brotes de soja, pero hay millones de opciones sin convertir a los padres además en reposteros. Denunciemos y dejemos de comprar. Otro gallo cantaría!

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  6. Estoy de acuerdo en casi todo, sólo puntualizaría que el objetivo de comer bien no es sólo no estar obeso, sino tener buena salud. Y ahí, por mucho ejercicio que hagamos y muy buenos alimentos que nos pongan en la estantería, siempre va a ser mejor la fruta que el bollicao. ;)
    El resto de lo que has dicho, chapó!

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    1. También estoy de acuerdo, ahora se habla mucho también de que casi es más peligroso no engordar cuando comes mal, porque al final hay gente delgada que piensa que está sana y no es así!

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