Maternidad: cómo preparar a los niños para una mudanza

Buenos días!


Hace menos de un mes nos cambiamos de casa. La verdad es que yo siempre he sido muy de mirar hacia delante y no me han costado mucho los cambios. Sin embargo, desde que tengo hijos, tengo que pensar también en que cada cambio, cada movimiento que hagamos en nuestra rutina diaria les afecta también a ellos.

Me preocupaba la mudanza porque mis hijos, sobre todo el mayor, tienen amigos entre los vecinos de la casa que dejábamos. Yo misma lo he pasado regular pensando en las vecinas y en esos encuentros en el rellano o el patio que tanta vida me daban. Sé que seguiré viéndolas, pero no será del todo igual. 



El problema principal que tengo en esta vida de locos que llevo es que algunas veces no tengo tiempo de pararme a pensar, y a planear las cosas como es debido, y los niños necesitan no perder la sensación de seguridad y estabilidad a pesar de los cambios. Esta vez, menos mal, hemos tenido la lucidez para, dentro de la locura de la mudanza, encontrar un espacio para prepararlos y para que antes, durante y después, sufran el cambio lo menos posible. ¿Qué hemos hecho?

1. Actitud. Al principio del proceso, yo estaba algo desmotivada con el tema, y me parecía que el cambio que íbamos a hacer podría no ser para mejor. Eso empezó a afectar en el ánimo de nuestro hijo mayor. Gracias a dios, nos dimos cuenta y cambié el chip. La casa nueva es una maravilla, ese fue nuestro nuevo lema, y caló en los niños.

2. Información. Os hablo de Martín, que tiene ya 4 años y medio, porque con su hermano es algo más complicado. Como os digo, a Martín le explicamos el motivo del cambio, las circunstancias, lo que iba a pasar y cuándo y cómo sería todo. Incluso le hemos hablado de los posibles planes para el futuro, y la verdad es que creo que el saber todo eso le ha hecho estar más tranquilo.



3. Desconexión. Los niños estuvieron fuera de casa la noche antes de la mudanza. Eso nos dio tiempo a nosotros para recoger mejor y a ellos el espacio para no ver desmontarse su casa, que no sé cómo lo habrían llevado. No ha sido fácil, porque no tenemos sencillo lo de dejar a nuestros hijos con otras personas de la familia, pero conseguimos cuadrar la mudanza con una noche en la granja escuela de uno de ellos, y salió muy bien. Al día siguiente por la tarde los recogimos en sus colegios y los llevamos a la casa nueva donde ya estaban montadas su camas.

4. Pausa. La mudanza, si la habéis sufrido, dura días, semanas o meses. Una cosa es cambiar tus cosas de casa y otra es montar muebles, lámparas, abrir cajas y reubicar todas tus pertenencias. Cuando llevábamos tres días casi sin parar, decidimos interrumpirlo todo y llevar a los niños a comer fuera y al Bioparc. Lo agradecieron mucho los dos.



5. Mejoras. El cambio de casa puede aprovecharse para mejorar cosas respecto a la anterior relacionadas con las rutinas y el orden. Por ejemplo: siempre había querido tener los platos y vasos de los niños a su altura, para que ellos pusieran la mesa y pudiesen coger y recoger cosas. Eso es nuestra casa anterior no conseguimos cuadrarlo, pero en esta lo hemos hecho y ellos están encantados.

6. Participación. En algunos asuntos, les hemos pedido su colaboración y su opinión. Cómo decorar el cuarto, dónde colocar cada juguete....el problema, eso sí, es que cambian mucho de opinión. Para que os hagáis una idea, no se aclaran sobre cuál es la cama de cada uno y van cambiando según les apetece.



7. Paciencia. En general, creo que a los niños de hoy en día se les exige mucho desde muy pequeños en temas de autonomía, y muchas veces los cambios les hacen retroceder. Por ejemplo, una cosa absolutamente normal es que de noche se sientan algo desubicados en una casa nueva. Nosotros vivimos ahora visitas nocturnas de los peques a nuestra cama que hace un par de meses que habíamos dejado de tener. Sin embargo, les estamos dejando dormir con nosotros cuando lo piden, porque entendemos que necesitan su tiempo para sentirse cómodos y que también necesitan saber que estamos ahí con ellos.

Como siempre os digo, hay que usar el sentido común y no tiene mucha ciencia esto de preparar a los niños para un cambio. Lo verdaderamente importante es encontrar el tiempo para parar, planificar y, sobre todo, contar con ellos como miembros activos de la familia.

Y vosotros ¿habéis hecho alguna mudanza con vuestros hijos?



TERESA ZAFRA


arquitecta desde 2005, blogger desde 2010 y madre desde 2012. Abrí este blog hace más de 5 años para probar y ahora no puedo parar! Aunque la vida se le complique cada vez más, no se imagina ya su rutina diaria sin asomarse a este cuaderno de todo que es hoy el blog.

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2 comentarios:

  1. Me encanta cómo lo habéis planificado todo, y sobre todo la última frase "Contar con ellos como miembros activos de la familia".. creo que muchas veces se nos olvida que ellos también pueden opinar y no sólo somos los mayores los que tenemos que decidir por todos.
    Gracias otra vez!

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  2. ¡hola! nosotros estamos reformando una casa y nos mudamos en menos de un mes.. y hemos implicado a C desde el minuto uno en todo, de forma que ya conoce la casa nueva y nos ha acompañado a elegir todos los muebles, es una experta ya en tomar medidas con el metro, ¡le encanta! y aunque es cierto que a veces le hemos llevado porque no nos quedaba otra, también lo hemos hecho porque llegado el cambio, no sea tan brusco. a ver cómo se nos da... ¡bss!

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